En pleno Eixample Esquerra, en la tranquila Carrer de París, se esconde un pequeño tesoro para los amantes del té japonés: Ikenocha. A primera vista puede parecer una cafetería más, pero basta con cruzar la puerta para sentir que estás entrando en un trocito de Japón.
Fundada por Chika y Satoshi Ikeda, esta acogedora tetería es todo un homenaje al matcha y a la tradición nipona que lo rodea. Aquí no hablamos de un simple té verde en polvo, sino de un producto cuidadosamente seleccionado en Uji (Kioto), preparado con mimo y servido en cuencos de cerámica que transmiten calma y respeto por cada detalle.
Lo que hace especial a Ikenocha es la variedad y calidad de sus tés. Encontrarás desde matcha premium hasta opciones más suaves, pensadas para quienes disfrutan acompañarlo con leche. También sirven otros clásicos japoneses como el hojicha, el sencha o el genmaicha, cada uno con su propia personalidad.
Y como buen té pide compañía, en la vitrina se esconden pequeños tesoros de repostería casera: bizcochos rellenos de matcha, dorayakis, cheesecakes verdes… un festival para los golosos. Para quienes buscan algo salado, también hay onigiris y bentos, perfectos para una comida ligera con esencia japonesa.
El local es pequeño, con pocos asientos, pero eso es parte de su encanto. La decoración minimalista con objetos traídos de Japón, la música suave y los cuencos de cerámica artesanal crean un ambiente íntimo y relajado. Sentarte en Ikenocha no es solo tomar un té: es vivir una experiencia, como un paréntesis de paz en medio del ritmo acelerado de Barcelona.
Por qué ir
En Ikenocha cada sorbo se siente como un viaje, y la calidad lo justifica. Es el sitio perfecto tanto para quienes ya son fans del matcha como para quienes quieren descubrirlo de forma auténtica.



